
La reciente reunión de Cristina Fernández de Kirchner con una docena de legisladores del bloque de Unión por la Patria (UxP) en el Parlasur no solo reafirma su centralidad en el tablero político argentino, sino que también resalta un contraste diplomático importante con Brasil. Mientras la exmandataria busca consolidar su influencia a través del diálogo directo con sus representantes regionales, el presidente Lula da Silva opta por una estrategia que privilegia los canales diplomáticos formales y la agenda presidencial.
Celebrado en Cañuelas y con la presencia de su intendenta Marisa Fassi, el encuentro entre Cristina y los parlamentarios del Mercosur, entre ellos figuras como Gustavo Arrieta, quien ofició de anfitrión, Franco Metaza, Raúl Bittel, Victoria Donda y Teresa Parodi, sirvió para ordenar políticamente al bloque y enviar un mensaje claro: su rol sigue siendo gravitante, incluso fuera de la gestión ejecutiva.
En #Cañuelas, con @GustavoHArrieta recibimos a @CFKArgentina, quien mantuvo un encuentro con los parlamentarios del Mercosur de @ParlasurUxP.
— Marisa Fassi (@marisafassi) April 12, 2025
Una jornada de diálogo y trabajo con eje en la integración regional y los desafíos del Parlasur en el complejo escenario internacional. pic.twitter.com/MXvsRGndkZ
Desde una perspectiva diplomática, esta movida puede interpretarse como una forma de “soft power” regional, donde el liderazgo se ejerce no desde el poder institucional formal, sino desde la construcción de consensos internos y la proyección de una figura con peso político transnacional. Cristina, a través del Parlasur, proyecta su influencia más allá de las fronteras argentinas, usando el organismo como plataforma de reafirmación simbólica y operativa.
En cambio, Lula da Silva, si bien ha retomado el liderazgo regional mediante cumbres y gestos multilaterales —como la reactivación de UNASUR y el impulso al Banco del Sur—, ha optado por mantener un bajo perfil respecto a la relación con los representantes brasileños en el Parlasur. Esta distancia podría leerse como un gesto de desinterés institucional hacia un organismo cuya eficacia y relevancia han sido cuestionadas en los últimos años dentro del propio Brasil.
En términos comparativos, el contraste entre ambos líderes refleja distintas formas de entender y practicar la diplomacia regional: Cristina apuesta por una construcción política desde lo micro, con encuentros cara a cara y alineamientos internos; Lula, por su parte, prioriza el escenario macro, con acuerdos de Estado y alianzas presidenciales.
Esta divergencia puede tener efectos concretos en la dinámica del Parlasur: mientras el bloque argentino parece más cohesionado y con liderazgo interno claro, el brasileño permanece más disperso, sin articulación directa con el Planalto.