
El 21 de abril se viralizó en redes sociales un video promocional en el que Huawei confirma su vuelta a Venezuela, tras varios años de presencia limitada. Medios locales reproducen el clip y señalan que la firma ya afina detalles logísticos para reabrir tiendas y centros de servicio en el país.
Más que un simple lanzamiento de teléfonos, el regreso de Huawei refuerza la lógica de que el comercio internacional dinamiza economías internas: la entrada de un competidor global amplía la oferta para el consumidor, presiona los precios a la baja, abre canales de distribución y crea cientos de empleos directos en ventas, soporte técnico y logística, además de miles de puestos indirectos vinculados al ecosistema de accesorios, aplicaciones y servicios postventa.
Fundada en 1987 por el ingeniero Ren Zhengfei, Huawei pasó de ser una pequeña empresa de switches telefónicos en Shenzhen a convertirse en la mayor proveedora mundial de infraestructura 5G y en la tercera marca de smartphones por volumen global. La compañía opera bajo un modelo de gobernanza único, con el presidente Liang Hua al frente del directorio y una presidencia rotativa actualmente ejercida por Meng Wanzhou, hija del fundador.
Los números de 2024 subrayan su peso: ingresos de 862.000 millones de yuanes (unos 118.000 millones de dólares), un salto interanual del 22 %, y más de 179.000 millones de yuanes reinvertidos en I+D, el 20,8 % de su facturación. En China recuperó un 16 % de cuota de mercado y rebasó a Apple gracias a nuevos chipsets propios y al sistema operativo HarmonyOS, demostrando resiliencia frente a las sanciones estadounidenses.
Para Venezuela, la vuelta de Huawei llega en un momento crítico: el país necesita diversificar su matriz productiva y modernizar su infraestructura digital con urgencia. La marca no sólo planea vender smartphones y wearables, sino también impulsar soluciones de conectividad rural, redes 5.5G y posiblemente programas de formación para desarrolladores locales. Cada tienda oficial genera, en promedio, 40 empleos directos y motoriza cadenas de suministro que involucran transporte, marketing y servicios financieros.
El anuncio también refuerza la interdependencia con China, hoy principal socio comercial de Caracas y fuente clave de crédito, maquinaria y tecnología. El histórico Memorando de Entendimiento firmado en 2023 para expandir la cooperación digital encuentra ahora una aplicación práctica: más competencia, mejores precios y una plataforma para que proveedores venezolanos se integren a la cadena de valor de Huawei.
En síntesis, el regreso de Huawei no es solo la apertura de vitrinas repletas de dispositivos; es una puerta a la innovación, al empleo calificado y a la inserción de Venezuela en la nueva ola tecnológica liderada por China. Con consumidores ávidos de opciones y una economía que busca relanzarse, la apuesta promete un ganar-ganar de amplio alcance.
Además, si se suma a esto que recientemente, en la Plaza Francia de Altamira, que es una de las más emblemáticas del país, se celebró una feria de empleo que reunió a miles de personas, con colas de hasta cuatro horas, queda en evidencia que existe una sociedad que busca activamente oportunidades y mejores condiciones laborales. La delicada situación social derivada de una economía debilitada, sumada a una crisis política donde ni el oficialismo ni la oposición ofrecen respuestas claras a corto, mediano o largo plazo, lleva a concluir que, al igual que ocurrió con la devolución del Centro Comercial Sambil a sus legítimos dueños, el comercio, la iniciativa empresarial y el espíritu emprendedor son los únicos motores reales que hoy pueden ofrecer soluciones concretas al venezolano.